La cocina de los ancestros de nuestros ancestros es otro capricho. Aromas y sabores que perduran en la memoria. La encina arde y huele a pueblo.
El cocidito al chuf, chuf. Sin comentarios. El único inconveniente es levantarse a las 7 de la mañana a encender el fuego y poner el perolo. Este lo saboreamos con mis padres y mi hermano pequeño.
Aquí unos garbanzos con un poco de todo, hasta con arroz. Lo único que se olvido poner fue algo ligth.
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